La expresión “No tengo tiempo” es una de las que más solemos utilizar o escuchar, sobre todo cuando las personas se ven sobrepasadas de tareas y compromisos, tanto en la vida laboral, familiar como personal, estrés que afecta de lleno a su estado emocional y junto con ello a su eficiencia en la ejecución de las actividades.
Es importante observar cómo administramos el tiempo, para poder identificar nuestras prioridades, en qué momentos procrastinamos y en cuáles hay excesos de trabajo.
En este contexto debemos dejar de centrar la atención en la escasez del tiempo, y más bien buscar pautas que nos ayuden a gestionarlo de mejor forma, en beneficio de nuestra salud y también para poder ser más eficientes y eficaces en las diferentes áreas de nuestra vida, sobre todo hoy donde las formas de “hacer” están cambiando, en especial en lo laboral.
Es necesario crear hábitos sanos que permitan generar un equilibrio en los ciclos vitales y revitalizar la homeóstasis en nuestro cuerpo. Es decir, regular los ciclos de sueño, alimenticios, del trabajo, y el ocio, entre otros, lo que permitirá un rendimiento más óptimo de nuestro organismo y mayor disfrute en el día a día.